Esto nos lleva de la mano al siguiente paso o cuarta nota de la predicación. Se predica con vistas a un resultado, tiende al fin práctico de arrancar una decisión, a saber, la salvación de alma y todo lo que tiene que ver con la edificación de una vida consagrada a Dios y su reino. Si no fuese así, la predicación caería en mero formalismo cultual, en obligación religiosa de cada domingo, «apariencia de piedad, sin convicción de su eficacia» (2 Tim. 3:5), deslizándose cada vez más hacia una exhibición
Page 20